10.29.2008

Wu Ming en Madrid


Wu Ming 1-Roberto Bui presenta en Madrid su novela New Thing.
Wu Ming es un colectivo de escritores italianos que nace en el año 2000. Son cinco integrantes (Wu Ming1-2-3-4-5) y uno de sus principales objetivos es privilegiar la obra y no la fama de quien la produce. No ocultan sus nombres, de hecho es bien sabido que Wu Ming 1 es Roberto Bui, Wu Ming 2 es Giovanni Cattabriga, Wu Ming 3 es Luca di Meo, Wu Ming 4 es Federico Guglielmi y Wu Ming 5 es Riccardo Pedrini. No ocultan sus nombres pero sí se niegan a ser fotografiados por los medios de comunicación y se muestran a favor del copyleft. Desde su página oficial se pueden descargar sus textos bajo licencias Creative Commons.
El colectivo ha publicado varias novelas en común pero cada miembro también escribe en solitario. Este es el caso de New Thing, novela de Roberto Bui ambientada en la primavera de 1967 en Nueva York: disturbios raciales, protestas contra la guerra de Vietnam y la banda sonora del jazz libre.

La cita es en la librería madrileña Traficantes de Sueños. C/Embajadores, 35. Viernes 31 de Octubre a las 19.30 h.

10.21.2008

Verdad+++++Mentira


¿Delató en su juventud Milan Kundera a Dvoracek? Bien, para responder a esta pregunta publican hoy en El País dos escritoras: Monika Zgustova y Rosa Montero. La una segura de la inocencia de Kundera, la otra segura, no tanto de la culpabilidad del escritor, como de la posibilidad de esa culpabilidad. Me explico. Dice Rosa Montero que lo más probable es que Kundera haya olvidado la delación y dice también que de olvidos así de garrafales están más que hartos los psicoanalistas.
Yo no sé si Kundera ha sido un delator o no, pero sí estoy segura de que todos somos muy capaces de maquillar, disfrazar, cambiar, construir una versión mas digerible o simplemente omitir los sucesos más dolorosos de nuestro pasado. Es más, hacemos lo mismo con los recuerdos hermosos. Yo misma me sorprendo contando una y otra vez anécdotas de las que ya no estoy muy segura de que hayan sucedido como las relato. Reconozco un poso de verdad pero con la sana intención de idealizar un determinado acontecimiento he ido agregando casi inconscientemente y de poco a poco nuevos ingredientes a la historia. La sal y la pimienta, vaya. Pasa el tiempo y ya no se puede saber lo que fue verdad y lo que ha sido puro adorno. El propio pasado es el terreno más fecundo para la ficción al igual que el futuro. Si uno aplicara la misma capacidad de fabulación a su cotidiano presente lo tacharían de loco.
Y volviendo al inicio de esta historia, quizá, es posible, es probable, factible que Kundera haya borrado del disco duro de su memoria esta historia que ahora salpica los periódicos de medio mundo. Y eso asusta más que la autenticidad o no del hecho en cuestión. Eso que llamamos memoria, recuerdos, pasado es un terreno pantanoso plagado de subjetividad. Desenroscar el hilo, roer hasta que quede el hueso limpio de la sacrosanta verdad es tarea imposible. Nos encontramos, pues, indefensos ante nosotros mismos, incapaces de determinar cuando fuimos culpables y cuando inocentes, incapaces de reconocer nuestras verdades y nuestras mentiras.

10.18.2008

Palabras/Vida/Libertad


Roberto Saviano es un joven escritor napolitano autor de “Gomorra”, novela de no-ficción donde se describen claramente las actividades de la mafia napolitana. A sus 28 años Roberto está condenado a muerte por la Camorra y parece que ha decidido alejarse durante algún tiempo de su tierra. El periódico El País le dedica hoy su editorial con un sugerente título: Palabras en Libertad. El pasado mes de abril El Mundo publicaba una entrevista a Roberto donde el periodista le hacía la obligada pregunta- ¿Tiene miedo?- y Roberto contestaba- No, porque en la práctica ya me han matado. Me han quitado la libertad. Cuando volví a mi pueblo después del éxito del libro oí que alguien susurraba en dialecto: Te hemos hecho el ataúd sin necesidad de matarte…
No es necesario decir nada más.
Podéis firmar en La Repubblica para mostrar vuestro apoyo a Roberto Saviano.


10.03.2008

Verjas------Rayas

Si hay algo que le gusta al ser humano es levantar muros. Verjas que separan un pueblo de otro, una parcela de la siguiente, una casa de la del vecino y, en definitiva, unos hombres de otros. Si hay algo que le asusta al ser humano es el otro. Ese que vive al lado es siempre nuestro potencial enemigo. Porque imaginamos que quiere apoderarse de lo nuestro o porque deseamos ardientemente lo que él tiene. Esto no es nada nuevo, obviamente.
Tampoco es nada nuevo que en ocasiones ese miedo se transforma en un odio irracional cargado de violencia. Sucede entonces algo que siempre me ha dejado pasmada. Unos hombres despojan a otros de su condición humana, los rebajan a categorías supuestamente inferiores de existencia para poder matarlos, torturarlos y humillarlos. Dicen, por ejemplo, son perros, no hombres. Porque parece que resulta más fácil pegarle un tiro entre ceja y ceja a uno que te mira con ojos de perro.
Tampoco es nada nuevo que en medio de los horrores que la historia nos procura repetidamente siempre hay unos pocos que mantienen la mirada pura y no ven en el otro nada más que lo que limpiamente es: otro, sí, pero tan igual que podría ser el propio reflejo en un espejo.
Basta atravesar el muro o la verja, cambiar el hábito, ponerse un pijama de rayas para que ya no haya diferencia perceptible. Ya somos, entonces, el otro. El otro con su mismo y dramático destino.