11.05.2008

A propósito de Obama


El 1 de Diciembre de 1955 en Montgomery (Alabama) una mujer de 42 años llamada Rosa Lee Parks regresaba a su casa en autobús desde los almacenes donde trabajaba como costurera y se negó a ceder su asiento. Lo que hace especial esta historia es que Rosa Lee Parks era negra y estaba diciendo “no” a un hombre blanco. Las leyes de segregación estadounidenses de los años cincuenta prohibían a los ciudadanos de raza negra sentarse en los puestos delanteros de los autobuses y les obligaban a ceder su asiento a los pasajeros de raza blanca cuando el autobús estaba lleno. Eran leyes de un diseño perversamente inteligente, destinadas a minar la autoestima de una parte de la población, a hacerles creer que eran inferiores, peores, criados de los blancos, menos humanos que ellos.
No sabemos si ese “no” nació de un gesto de valor o de algo más trivial como el cansancio de las piernas después de un día de trabajo. Y poco importa el motivo. Lo asombroso, lo que hace que el gesto pasara a la historia es que Rosa Lee Parks, pese a la extrema situación de presión, no dudó de su propia dignidad, de la dignidad de su cansancio, tan real como el del hombre blanco o del valor de su billete de autobús, comprado con los mismos dólares de los blancos. Rosa Lee Parks estaba pensando por ella misma, reclamando el protagonismo de su propia vida, exigiendo una voz en la historia y reivindicando un mundo también a su medida.
El acto pequeño de la mujer negra y su posterior encarcelamiento tuvo una reacción en cadena. Un aún desconocido Martín Luther King organizó un boicot que duraría más de un año contra la compañía de autobuses y que fue secundado por miles de afroamericanos. Su movimiento espoleó la conciencia de Estados Unidos y del mundo.
En 1956, un año después de los acontecimientos de Montgomery, la Corte Suprema declaraba inconstitucional la segregación en los autobuses y Rosa entraba en la historia (esa que escriben con mayúscula) como pionera del movimiento de derechos civiles de Estados Unidos. En 1964 se prohibía la discriminación racial en Norteamérica.
En 1973 una encuesta realizada entre historiadores e intelectuales estadounidenses colocaba a Rosa Lee en el tercer puesto de la lista de mujeres más influyentes del siglo XX, lo que demuestra que el orden del mundo no ha sido ni será nunca ajeno al individuo corriente ni a sus actos diarios y aparentemente nimios que llevan dentro de sí la semilla del cambio preparada para germinar en cualquier momento.
Rosa Lee Parks murió el 24 de octubre del 2005 a los 92 años.

5 comentarios:

caroleopardi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
lamiadr5 dijo...

Ciao MArta , ci sono persone che hanno cambiato le cose e speriamo che Obama sia il cambiamento per un mondo più giusto. La foto è del fotograto che più mi piace. Complimenti , un abbraccio

Marta D. González dijo...

A mí también me gusta mucho Elliott Erwitt.
http://www.elliotterwitt.com/lang/index.html

lamiadr5 dijo...

Muchas gracias Marti, las photo de Erwitt me encantas. Un abrazo

Dolores_Danaher dijo...

Qué bien escribes
:)